Hace poco más de un mes la comisión de Infraestructuras y
Transportes de Les Corts aprobaba una proposición no de ley presentada
por el PP en la que se instaba al Consell que plantee al Gobierno
central la elaboración de una ley que contemple la financiación del
transporte público, en especial, el del ámbito metropolitano.
En el fondo de esta petición subyace el intento de
recuperar el llamo contrato-programa, una ayuda del Estado que la
Comunitat perdió hace más de una década y que alcanza al transporte
urbano e interurbano, contemplando como tal tanto el autobús como el
servicio ferroviario. Volver a disfrutarlo es una de las constantes
reivindicaciones que ha planteado la Conselleria de Infraestructuras a
los diferentes gobiernos de Madrid.
Desde hace año y medio el departamento que dirige Isabel
Bonig está en negociaciones tanto con el Ministerio de Hacienda como con
el de Fomento para la redacción de un contrato-programa para la
financiación, en este caso, de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV).
«Vamos a hacer todo lo posible para que la nueva financiación esté
disponible bien vía contrato-programa bien a través de una nueva forma
de financiación», aseguraba a comienzos de mes la consellera.
La viabilidad de que salga adelante este modelo tendrá
mañana su prueba de fuego en la reunión que mantendrán la consellera de
Infraestructuras y el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, en
Madrid con representantes del Ministerio de Hacienda. Esta fórmula de
financiación daría oxigeno a las cuentas de FGV, ya que el Gobierno
central corre con el gasto de, aproximadamente, la mitad del déficit que
genera cada billete de metro y de tranvía.
Sin embargo, todavía es reciente la última negativa del
ministro Montoro, que rechazó la puesta en marcha del contrato-programa
para 2013. Algo que confirmó la propia Bonig el pasado noviembre en Les
Corts cuando explicó las cuentas de su departamento.
Financiación anual
Así, Valencia seguirá sin recibir los entre 37 y 40
millones de euros anuales que debería percibir por este concepto. Por lo
menos hasta 2014, ya que las gestiones del Consell van encaminadas a la
firma del contrato-programa para el próximo año.
Ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Tenerife
sí que cuentan con contrato-programa. En el caso de las primeras desde
el año 1985. Valencia lo tuvo pero lo perdió en 2003 y, aunque las
cuantías consignadas han ido apareciendo en los Presupuestos Generales
del Estado, no se han llegado a ejecutar por la falta de acuerdo entre
las dos administraciones. Una de las condiciones del contrato-programa
del Ministerio de Hacienda es que cada administración asuma la parte que
le corresponde aportar.
De ahí que algunas voces aboguen por un cambio de modelo y
planteen la aprobación de una ley de financiación del transporte
metropolitano que permitiese obtener recursos suficientes sin tener que
depender de los vaivenes políticos.
Obras paralizadas
Las ayudas del contrato-programa se vinculan al número de
habitantes de los municipios y asciende a 31 euros por habitante y año.
Esa cantidad se destina a financiar el transporte metropolitano. En el
caso de Valencia serviría para paliar el déficit de FGV, que, por
ejemplo, en 2011 supuso un coste para las arcas públicas de 103,5
millones.
De ellos sólo se recuperaron unos 60 millones mediante la
venta de billetes e ingresos por la venta de espacios publicitarios.
Esto supone que, al no existir contrato-programa, la Generalitat debe
asumir todo el déficit. Es decir, que cada valenciano sufraga con sus
impuestos alrededor de un euro del déficit de cada viaje y usuario del
metro en el área metropolitana de Valencia.
Ante este panorama, al que hay que sumar que la Comunitat
tampoco recibe financiación para infraestructuras nuevas o en
construcción, varias obras ferroviarias continuarán paralizadas. Uno de
los argumentos empleados por Infraestructuras al hablar del
contrato-programa es que su consecución permitiría financiar obras como
las de la línea 2 de metro, que debería unir Nazaret con el casco
histórico de Valencia, o la línea 5.
En esta última, no obstante, la consellera Bonig se
comprometió a que las obras se reanudarán antes de finalizar este año.
Infraestructuras trabaja en el proyecto de señalización y comunicación
de este tramo que comunica el aeropuerto de Manises con Ribarroja. La
previsión es que pueda licitarse y adjudicarse antes de que finalice
2012, mientras que las obras se prolongarían durante un año y contarán
con un presupuesto de ocho millones.
Fuente: http://www.lasprovincias.es/v/20130528/valencia/valencia-negocia-hacienda-financiacion-20130528.html
Fuente: http://www.lasprovincias.es/v/20130528/valencia/valencia-negocia-hacienda-financiacion-20130528.html
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