martes, 28 de mayo de 2013

Primero ERE; después negociar.


Hace poco más de un mes la comisión de Infraestructuras y Transportes de Les Corts aprobaba una proposición no de ley presentada por el PP en la que se instaba al Consell que plantee al Gobierno central la elaboración de una ley que contemple la financiación del transporte público, en especial, el del ámbito metropolitano.

En el fondo de esta petición subyace el intento de recuperar el llamo contrato-programa, una ayuda del Estado que la Comunitat perdió hace más de una década y que alcanza al transporte urbano e interurbano, contemplando como tal tanto el autobús como el servicio ferroviario. Volver a disfrutarlo es una de las constantes reivindicaciones que ha planteado la Conselleria de Infraestructuras a los diferentes gobiernos de Madrid.

Desde hace año y medio el departamento que dirige Isabel Bonig está en negociaciones tanto con el Ministerio de Hacienda como con el de Fomento para la redacción de un contrato-programa para la financiación, en este caso, de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV). «Vamos a hacer todo lo posible para que la nueva financiación esté disponible bien vía contrato-programa bien a través de una nueva forma de financiación», aseguraba a comienzos de mes la consellera.

La viabilidad de que salga adelante este modelo tendrá mañana su prueba de fuego en la reunión que mantendrán la consellera de Infraestructuras y el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, en Madrid con representantes del Ministerio de Hacienda. Esta fórmula de financiación daría oxigeno a las cuentas de FGV, ya que el Gobierno central corre con el gasto de, aproximadamente, la mitad del déficit que genera cada billete de metro y de tranvía.

Sin embargo, todavía es reciente la última negativa del ministro Montoro, que rechazó la puesta en marcha del contrato-programa para 2013. Algo que confirmó la propia Bonig el pasado noviembre en Les Corts cuando explicó las cuentas de su departamento.

Financiación anual

Así, Valencia seguirá sin recibir los entre 37 y 40 millones de euros anuales que debería percibir por este concepto. Por lo menos hasta 2014, ya que las gestiones del Consell van encaminadas a la firma del contrato-programa para el próximo año.

Ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga o Tenerife sí que cuentan con contrato-programa. En el caso de las primeras desde el año 1985. Valencia lo tuvo pero lo perdió en 2003 y, aunque las cuantías consignadas han ido apareciendo en los Presupuestos Generales del Estado, no se han llegado a ejecutar por la falta de acuerdo entre las dos administraciones. Una de las condiciones del contrato-programa del Ministerio de Hacienda es que cada administración asuma la parte que le corresponde aportar.

De ahí que algunas voces aboguen por un cambio de modelo y planteen la aprobación de una ley de financiación del transporte metropolitano que permitiese obtener recursos suficientes sin tener que depender de los vaivenes políticos.

Obras paralizadas

Las ayudas del contrato-programa se vinculan al número de habitantes de los municipios y asciende a 31 euros por habitante y año. Esa cantidad se destina a financiar el transporte metropolitano. En el caso de Valencia serviría para paliar el déficit de FGV, que, por ejemplo, en 2011 supuso un coste para las arcas públicas de 103,5 millones.

De ellos sólo se recuperaron unos 60 millones mediante la venta de billetes e ingresos por la venta de espacios publicitarios. Esto supone que, al no existir contrato-programa, la Generalitat debe asumir todo el déficit. Es decir, que cada valenciano sufraga con sus impuestos alrededor de un euro del déficit de cada viaje y usuario del metro en el área metropolitana de Valencia.

Ante este panorama, al que hay que sumar que la Comunitat tampoco recibe financiación para infraestructuras nuevas o en construcción, varias obras ferroviarias continuarán paralizadas. Uno de los argumentos empleados por Infraestructuras al hablar del contrato-programa es que su consecución permitiría financiar obras como las de la línea 2 de metro, que debería unir Nazaret con el casco histórico de Valencia, o la línea 5.

En esta última, no obstante, la consellera Bonig se comprometió a que las obras se reanudarán antes de finalizar este año. Infraestructuras trabaja en el proyecto de señalización y comunicación de este tramo que comunica el aeropuerto de Manises con Ribarroja. La previsión es que pueda licitarse y adjudicarse antes de que finalice 2012, mientras que las obras se prolongarían durante un año y contarán con un presupuesto de ocho millones.

Fuentehttp://www.lasprovincias.es/v/20130528/valencia/valencia-negocia-hacienda-financiacion-20130528.html

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