viernes, 12 de abril de 2013

El silencio de los medios

El accidente del metro o el silencio de los medios


El silencio y el desprecio al que se ha sometido a las víctimas del accidente del metro de Valencia supone el acto más repugnante, vil e indecente de todas las tropelías cometidas –presuntamente o no- por los gobernantes valencianos. Ni la corrupción sistemática ni la dilapidación del dinero público pueden igualar la vergüenza cometida contra 43 muertos, 47 heridos y sus centenares de familiares que, cada día 3 durante más de cinco años, se han reunido en la plaza de la Virgen exigiendo justicia.
Ningún miembro del Consell tuvo jamás la mínima decencia de recibirles y escucharles. Los máximos responsables de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) nunca asumieron responsabilidades. Tan sólo cuando se desveló que el teatrillo bastardo de la comisión de investigación del accidente había sido cerrado mediante informes manipulados y voluntades compradas, la responsable de FGV, Marisa Gracia, fue defenestrada.
Con anterioridad, las cloacas del poder valenciano se llenaron de ratas dispuestas a roer los cadáveres del accidente, a borrar su memoria, a callar a los familiares. En los últimos días, la propia Asociación de Víctimas del Metro 3 de julio ha denunciado que el entonces conseller y actual presidente de las Cortes, Juan Cotino, pretendió comprar su silencio con ofertas de trabajo; algunas, incluso, se ofrecían en función de los perfiles de cada persona –es decir, indagaron qué ofrecer y a quién-, apenas unos días después de la primera toma de contacto con los familiares en los propios tanatorios.

La maquinaria también llegó a los medios de comunicación
. En el país de los periodistas adoctrinados, algunos de los trabajadores de RTVV afectados por el ERE reconocen ahora que los comisarios políticos controlaron, censuraron y, finalmente, eliminaron las noticias incómodas relacionadas con el peor accidente de metro de Europa. Canal 9 y Ràdio 9 silenciaron a las víctimas y, como siempre, fueron serviles y asumieron las tesis oficiales.

Los meses posteriores al accidente fueron duros en todas las redacciones valencianas. Los directores, redactores-jefe y jefecillos de varios de los medios de comunicación recibían llamadas del entorno de Presidencia presionando para que defendieran la tesis del “accidente inevitable” y para “sugerir” qué cosas no se debían contar y a quiénes no se debía dar voz. Pasó en todos los medios. Incluso, los periodistas de a pie, los que patean las calles, eran abordados por el aparato propagandístico del Consell y del PP en las propias ruedas de prensa para intentar influir en sus crónicas o recordarles que “los de arriba” ya habían hablado con sus jefes. Pura mafia.

En paralelo, FGV, todavía con Marisa Gracia al frente, se reía de las víctimas. Cuando el ente cambió el nombre de la estación de Jesús, la más afectada por el siniestro, los familiares de las víctimas escribieron a Gracia para pedirle que rectificara.
La ex gerente de FGV rechazó la propuesta mediante una carta trufada de retórica burocrática y vacía que acababa con un mensaje lacónico: “esperamos seguir contando con su confianza”. Seis simples palabras con una carga de cinismo, mala baba y falta de ética vergonzosa. Gracia, que llevaba cinco años cobrando dinero manchado de sangre por un cargo que debería haber abandonado en el minuto cero después del accidente, le decía a unas personas que habían perdido a 43 familiares que esperaba seguir contando con su confianza. Sin palabras.

Todo esto sucedió en Valencia. Y, si alguien lo cuenta hoy en día, si las víctimas han logrado que los medios recojan sus críticas tras años en que no les hicieron ningún caso, ha sido por su tesón, por su lucha incansable. Porque, en mitad de toda esta vergüenza, pese a la presión política y los medios serviles, siempre hubo alguien dispuesto a alzar su voz en la plaza de la Virgen cada día 3. Es lo que se conoce como dignidad.


Fuentehttp://www.economiadigital.es/es/notices/2013/04/el_accidente_del_metro_o_el_silencio_de_los_medios_40192.php

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