El carísimo lavado de cara de FGV
Teresa Domínguez
«Eran tiempos de bonanza». Y con dinero público, es el matiz que olvidó,
consciente o inconscientemente, la consellera de Infraestructuras
Isabel Bonig a la hora de justificar „supongo que ellos prefieren el
verbo explicar„ las desorbitadas cifras con que la maltrecha empresa del
transporte público valenciano FGV premió a la consultora HM &
Sanchis por lavarle la cara en los asuntos más peliagudos a su exgerente
Marisa Gracia desde 2004 hasta 2011. La pregunta ya no es tanto por qué
HM & Sanchis „detrás de esa empresa está uno de los consultores
políticos y expertos en campañas electorales más prestigiosos del mundo
de habla hispana„ sino por qué a ese precio: 621.000 euros en ocho años.
Con un especial incremento en los meses posteriores al accidente de la
Línea 1 que dejó un reguero de víctimas aún por recompensar en lo que a
explicaciones se refiere. ¿Qué tenían que ocultar la señora Gracia y sus
superiores para que no les doliesen prendas en despilfarrar contratando
a los mejores vendedores de palabras? Es más, ¿qué tipo de ingeniería
del verbo necesitaban que no podía diseñar su propio equipo de
comunicólogos a sueldo presupuestado?
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